¿Dislexia un deficit o futuro aprendizaje?

Durante años, la dislexia ha sido etiquetada como un “trastorno” o “déficit” en el aprendizaje de la lectura. Esta visión ha dominado el campo educativo y clínico, generando una narrativa centrada en lo que a estas personas “les falta” en lugar de en lo que sí tienen. Pero ¿y si esta forma de leer, pensar y aprender no fuera un defecto, sino una variante neuro diversa con un potencial aún no comprendido del todo? ¿Y si, más aún, fuera la manera de aprender del futuro?

Una mirada distinta a la dislexia

La dislexia implica diferencias en el procesamiento fonológico, la memoria verbal de corto plazo y la velocidad de acceso a la lectura. Esto se traduce, muchas veces, en una lectura más lenta, con errores o dificultades para automatizar palabras. Pero junto a estas dificultades, los estudios han mostrado que las personas con dislexia también suelen tener:

•Gran pensamiento visual y espacial: Las personas con dislexia tienden a procesar mejor la información en forma de imágenes que de palabras. Pueden visualizar conceptos, ideas o estructuras en su mente de forma tridimensional, lo que les da una ventaja en áreas como el arte, la arquitectura, la ingeniería, el diseño y la mecánica.

🔍 Ejemplo: Pueden imaginar cómo quedará una habitación redecorada antes de mover un solo mueble, o entender el funcionamiento interno de un motor solo con observarlo.

•Capacidad para ver “el todo” antes que los detalles: Mientras que muchas personas aprenden desde lo pequeño a lo grande (de las letras a las palabras, y de ahí al significado), muchos con dislexia captan primero el panorama general, el concepto global o la idea central, y luego van afinando los detalles.

🔍 Ejemplo: En un proyecto grupal, podrían captar rápidamente cuál es el objetivo general o detectar un problema en la estrategia, aunque les cueste redactar un informe detallado.

•Creatividad, intuición, pensamiento no lineal: La mente disléxica no sigue un camino paso a paso tradicional. Tiende a hacer conexiones entre ideas aparentemente no relacionadas, encontrar soluciones originales y seguir su intuición, lo que los hace muy creativos e innovadores.

🔍 Ejemplo: Inventan una historia a partir de una sola imagen o encuentran una solución que nadie había pensado porque no siguieron la ruta lógica típica.

•Habilidades para resolver problemas complejos o pensar “fuera de la caja: El hecho de tener que adaptarse constantemente a un mundo que no está hecho para su forma de procesar información, hace que muchas personas con dislexia desarrollen una gran capacidad para la estrategia, la adaptación y la innovación. No resuelven problemas con fórmulas preestablecidas, sino con ideas nuevas.

🔍 Ejemplo: Pueden encontrar una forma creativa de explicar un concepto difícil a sus compañeros o mejorar un proceso de trabajo que parecía “ya optimizado”.

Estas cualidades son, casualmente, las que más valorarán los empleos del futuro: creatividad, innovación, resolución de problemas complejos, pensamiento sistémico… ¿Es la dislexia, entonces, una desventaja o una adaptación evolutiva aún incomprendida?

De la eficiencia a la comprensión profunda

El sistema educativo tradicional premia la velocidad, la memorización y la repetición. Pero en un mundo donde la inteligencia artificial puede procesar datos con rapidez y exactitud, ¿seguirá siendo relevante premiar la velocidad lectora? Quizás no.

La humanidad está empezando a valorar más la comprensión profunda, la conexión emocional, la empatía, la creatividad... y aquí es donde muchos con dislexia destacan. Su manera diferente de acceder al lenguaje y al conocimiento puede llevarlos a conclusiones más intuitivas, a observaciones más originales. Su lectura lenta, lejos de ser un problema, puede estar unida a una comprensión más reflexiva.

¿Y si no es un error, sino una evolución?

Las neurociencias avanzan hacia una comprensión más rica de la diversidad cognitiva. Cada vez más voces defienden que la dislexia no es un error de la biología, sino una expresión distinta del potencial humano. En lugar de intentar “normalizar” a las personas con dislexia, quizás el reto del futuro sea adaptar el sistema para abrazar esa diversidad.

¿Y si el futuro del aprendizaje no es la lectura lineal tradicional, sino una combinación de imagen, sonido, experiencia, emoción y pensamiento visual? En ese escenario, los que hoy llamamos “disléxicos” serían los pioneros, no los rezagados.

Un cambio de paradigma urgente

Seguir llamando a la dislexia un "trastorno" es perpetuar un modelo educativo obsoleto que mide a todos con la misma vara. Es momento de hacer una transición hacia una educación neuro diversa, que reconozca y potencie todas las formas de aprender. No se trata de negar las dificultades que enfrentan los niños y adultos con dislexia, sino de dejar de verlas desde la carencia y comenzar a verlas desde el potencial.

En conclusión: La dislexia pueda que no sea un error, sino otra forma de leer el mundo. Y quizás, en lugar de corregirla, el mundo debería comenzar a aprender de ella. Porque, tal vez, la humanidad del futuro leerá con otros ojos, y serán los disléxicos los que hayan estado siempre un paso adelante.

Derechos de Autor del Material: Licda. Giuseppina Lopardo

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